Los productos de limpieza de hogar pueden ser más peligrosos que los mismos gérmenes y bacterias. Desde Vaporetas EV conocemos todos los males que generan los productos de limpieza en nosotros, pero los más expuestos son nuestros niños y nuestras mascotas.
Hace más de 45 años que estamos luchando contra esta verdad oculta por toda la industria de productos de limpieza. Es hora que conozcas la verdadera cara de los productos de limpieza tradicional.
¡Te lo contamos a continuación!
Te mostramos cómo ocurre tal intoxicación en nuestras mascotas y niños en cuatro simples pasos:
Paso 1: Limpiamos el suelo con la fregona
Paso 2: Nuestro gatito camina sobre el suelo húmedo
Paso 3: Nuestro gatito se lame su patita e ingiere todos los químicos que tienen los productos de limpieza para fregar el suelo
Paso 4: El paso 4 no hace falta ni describirlo, este es un proceso que nos puede dañar en semanas o años, pero tarde o temprano lo hará
Un ejercicio simple que puedes hacer ahora es ir a tu friegasuelos favorito y revisar la etiqueta donde figuran los químicos peligrosos que contiene. Observarás que tendrá estos dos conocidos pictogramas.
Peligro para la salud: Este pictograma puede referirse a uno o más de los siguientes peligros: toxicidad aguda; causa una sensibilización cutánea, irritación de piel y ojos Irritante para la respiración; es narcótico, provoca somnolencia o mareos; peligroso para la capa de ozono. Es el caso de muchos detergentes y friegasuelos.
Corrosivo: Siempre que utilice un producto químico con este pictograma no olvide que es corrosivo y que puede provocar quemaduras graves en la piel y daños oculares. También es corrosivo para los metales. Es el caso del amoniaco, el salfumán o la sosa cáustica.
Esta información proviene de la página oficial de la Comunidad de Madrid.
Nuestra experiencia Atlantis sólo te costará 10 minutos de tu tiempo y no tiene absolutamente ningún costo. Luego de demostrarte la experiencia tendrás el poder de tomar la decisión si seguir o no seguir usando productos químicos de hogar.
